Martes 18 de junio. Empieza a atardecer y cada vez van llegando más personas al Árbol de la Memoria, en Parque Fidiana. Un árbol que nos regala constantemente los versos que recorren sus ramas.
Quienes van llegando, saludan y empiezan a charlar. Hay alegría. Se masca la complicidad.
A las 20.30h. (bueno, vale, un poco más tarde, porque nos cuesta empezar puntualmente), nos sentamos en círculo y comenzamos.
Somos barrios, somos colectivos, asociaciones y ciudadanía. Nos importa lo que nos rodea, nos importa nuestro bienestar y nos importa el planeta. Sabemos que como especie estamos cometiendo errores que están pagando otros seres vivos, pero que también estamos pagando las personas. Y queremos hacer algo. Creemos en el poder de las utopías para transformar la realidad y sabemos que juntas y juntos siempre es mejor. Nos facilita la tarea, pero sobre todo nos refuerza la ilusión y la motivación.
Y queremos un futuro, queremos que haya futuro.
Por eso estamos trabajando procesos participativos para decidir qué medidas se deben tomar en nuestros barrios, calles, plazas y edificios para frenar el cambio climático, y también para adaptarnos a las consecuencias que ya tenemos aquí.
Y también por eso estamos creando redes.
Para fortalecer esta red de barrios que se mueven por el clima es por lo que nos hemos encontrando alrededor del Árbol de la Memoria.
Se acercan barrios que ya estaban participando y aparecen otros nuevos que se quieren sumar. También vienen muchas vecinas y vecinos de diferentes lugares, que están con ganas de actuar y que, posiblemente, aquí hayan encontrado un lugar para hacerlo.
No es el primer ni el último encuentro de esta red. No sólo porque creemos que hay que continuar trabajando, sino porque de cada uno de ellos estamos sacando nuevas energías (renovables, claro) y nuestra ilusión y motivación crecen.
Queremos un planeta sano. Queremos un planeta para vivir. Y queremos un planeta para quienes hoy en día aún no pueden tomar decisiones, pero que el de mañana tendrán que acarrear con las que tomemos las personas que somos adultas hoy.